El café y el té no deshidratan, como se creía anteriormente. Aunque la cafeína tiene un ligero efecto diurético, el líquido de la bebida compensa la pérdida. Un consumo moderado (2-3 tazas) contribuye al equilibrio hídrico general.
Durante el esfuerzo físico o en climas cálidos, la necesidad de agua aumenta considerablemente. Una pérdida de agua del 3-5% reduce la resistencia en un 30%. Es importante beber antes, durante y después del ejercicio. Para el ejercicio prolongado (más de 1 hora), las bebidas con electrolitos (sodio, potasio) son beneficiosas.
La deshidratación es especialmente peligrosa para las personas mayores: con la edad, la sensación de sed disminuye y muchas sufren de deficiencia crónica de agua, lo que agrava el estreñimiento, los mareos y el deterioro cognitivo.
El agua mejora la digestión: es necesaria para la producción de jugo gástrico y la formación de heces. La falta de agua es una causa común de estreñimiento. Beber agua en ayunas es un hábito saludable. Un vaso de agua tibia por la mañana activa tu metabolismo, estimula el tránsito intestinal y ayuda a eliminar los desechos de la desintoxicación nocturna. El agua es la herramienta más sencilla, gratuita y poderosa para mantener tu salud. No esperes a tener sed. Lleva una botella contigo, programa recordatorios y añade limón o pepino para darle sabor. Cada sorbo aporta energía, claridad y longevidad.
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