El agua constituye aproximadamente el 60% del peso corporal de un adulto y participa en todos los procesos bioquímicos: desde la digestión y la termorregulación hasta la transmisión de impulsos nerviosos y la eliminación de toxinas. Incluso una deshidratación leve (pérdida de agua del 1 al 2%) reduce la concentración y causa fatiga y dolores de cabeza.
Las necesidades diarias de agua varían según el individuo y dependen del peso, el clima, la actividad física y la dieta. En promedio, se recomiendan de 30 a 35 ml de agua por kg de peso corporal. Para una persona de 70 kg, esto significa de 2 a 2,5 litros al día, incluyendo el agua de los alimentos (verduras, sopas, frutas).
La sed es una señal tardía. Para cuando sientes sed, tu cuerpo ya está experimentando una deshidratación leve. Es mejor beber de forma uniforme a lo largo del día, sin esperar una señal.
El color de la orina es un simple indicador de hidratación. Un color pajizo claro es normal. Un amarillo oscuro es señal de deshidratación. Pero tenga en cuenta que algunas vitaminas (como la B2) tiñen la orina de un amarillo brillante; esto no es deshidratación.
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