Entre los muchos entrenamientos de moda, desde CrossFit hasta Pilates, caminar parece demasiado simple. Pero en realidad, es una de las formas de actividad física más efectivas, seguras y accesibles. Tan solo 30 minutos de caminata rápida al día reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e incluso demencia.
Caminar involucra más de 200 músculos, desde las pantorrillas y los glúteos hasta el core y la cintura escapular. Con la técnica adecuada (postura erguida, balanceo activo de brazos, colocación de talón con punta), se convierte en un entrenamiento completo de cardio y fuerza.
A diferencia de correr, caminar ejerce una presión mínima sobre las articulaciones, lo que lo hace ideal para adultos mayores, personas que se recuperan de lesiones o personas con sobrepeso. También mejora eficazmente la resistencia y quema grasa, especialmente durante caminatas largas a un ritmo moderado. Se ha demostrado científicamente que caminar regularmente aumenta el volumen del hipocampo, la región del cerebro responsable de la memoria y el aprendizaje. Las personas mayores que caminan 40 minutos al día mantienen una función cognitiva significativamente más prolongada. Caminar puede ayudar a prevenir la demencia.
Caminar al aire libre potencia este efecto. La luz solar estimula la producción de vitamina D, esencial para el sistema inmunitario y el estado de ánimo. Los espacios verdes reducen el estrés, mejoran la concentración e incluso impulsan la creatividad, según investigaciones en ecopsicología.
Publicidad